“Instrúyanse porque necesitaremos toda nuestra inteligencia.
Conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo.
Organícense, porque necesitaremos toda nuestra fuerza.”


Antonio Gramsci

jueves, 23 de abril de 2020

Cuadernos de Debate y Reflexión


Los Cuadernos de Debate y Reflexión (CDR) son artículos que ponemos a la disposición de los compañeros estudiantes de del Profesorado de Historia, creemos que estos autores y artículos nos ayudan a pensar desde una perspectiva crítica, complementando el conocimiento que adquirimos en las diferentes materias de la carrera.
Colectivo de Trabajo Nueva Opción

CDR
Epistemología y teoría del conocimiento(Descargar PDF)
Rolando Garcia
Materia: Epistemología
Este texto señala el origen del término epistemología, referido a la teoría del conocimiento científico. El tema está centrado en el desarrollo de la ciencia moderna y en particular en la crisis de los conceptos básicos a comienzos del siglo XX. Esto significó el fin de la filosofía especulativa en su capacidad para dar cuenta de las conceptualizaciones y de las teorías de la ciencia contemporánea. Al avanzar el siglo, también los más destacados empiristas debieron admitir su fracaso. La renuncia a las posiciones aprioristas y empiristas llevó a la necesidad de concebir el conocimiento como un proceso constructivo que al nivel individual se desarrolla desde el nacimiento hasta la edad adulta, y se prolonga al nivel social con el desarrollo de la ciencia, de la cual, el materialismo histórico, también es su producto y posibilidad de desarrollo.

La CGT de los Argentinos: una experiencia política gremial novedosa de la clase obrera argentina (Descargar PDF)
Materia: Argentina III
La CGT de los Argentinos, nacida en marzo de 1968, surgió como intento de respuesta, clasista, combativa, frente a las variantes de adaptación al régimen generadas por las conducciones burocratizadas del sindicalismo del peronismo burgués nucleadas en las 62 Organizaciones, con la hegemonía de la Unión Obrera Metalúrgica de Augusto Timoteo Vandor. Las consignas más clásicas de la CGT A traducen ese origen: "Más vale honra sin sindicatos que sindicatos sin honra", o "Unirse desde abajo y organizarse combatiendo".
La experiencia antiburocrática de la CGT A, desde nuestra perspectiva, significó un avance cualitativo en las formas y el contenido de los modos como los sectores más dinámicos y combativos de la clase trabajadora y el activismo peronistas fueron procesando el desarrollo de su experiencia desde esa identidad política. Sea bajo formas manifiestas y/o latentes, con la CGTA fracciones importantes del movimiento obrero argentino comenzaron por asumir como un hecho el fin de la “unidad del movimiento” original del peronismo; comenzaron por asumir la necesidad de su quiebre en varios peronismos, quiebre incluso de carácter antagónico entre sus partes; comenzaron por asumir la necesidad de luchar por la conducción revolucionaria del peronismo.
Es en este preciso contexto en el que sectores de clase obrera aceleran ya un proceso de unificación de fuerzas (no sin contradicciones), bajo la forma del “clasismo”, con sectores obreros de izquierda, en un proceso de síntesis que abre paso a una etapa de acumulación política y de fuerzas, casi inédita hasta entonces. Por ello reivindicamos esta experiencia histórica de la clase obrera, porque la CGT A funcionó como efecto, pero también como causa de profundización de la convergencia entre los sectores del activismo sindical y político del peronismo con expresiones de la izquierda marxista y de la militancia cristiana radicalizada.
El programa del 1 de mayo de la CGT A, redactado por Rodolfo Walsh, se inscribe en la misma tradición de los documentos de La Falda (1957) y Huerta Grande (1962) (los tres programas que reproducimos a continuación), documentos que permiten evaluar el desarrollo de esta emergente concepción clasista. Es a partir de ese nuevo estadio de la conciencia de clase de los trabajadores desde donde el programa propone caminos de unidad de acción para los empresarios nacionales, los pequeños y medianos empresarios, los profesionales, los estudiantes, los intelectuales, los artistas, los religiosos, es decir, que propone la constitución efectiva de una fuerza social con hegemonía proletaria.
En sus pocos años de existencia efectiva, la CGT A intentó ser en su práctica cotidiana ese ámbito de convergencia. Lo consiguió de manera parcial, incompleta, muchas veces bajo formas conflictivas, en el plano de la relación entre organizaciones sindicales y políticas del peronismo revolucionario, la izquierda y la Iglesia tercermundista. También en el del encuentro en la acción entre ese activismo y grupos de intelectuales, profesionales y artistas. 

La investigación en historia: ¿disciplina científica o corporación profesional? (Descargar PDF)
Nicolás Iñigo Carrera 
Materia: Taller, Historiografía, Teorías de la Historia
En las últimas dos o tres décadas, las denominadas ciencias sociales se han visto caracterizadas por el desplazamiento de sus conceptos fuertes, y en particular, del análisis marxista de lo social, y el reemplazo por “nuevas” nociones destinadas a explicar una “novedosa” realidad. Desde nuestra perspectiva, este contexto de relativización del marxismo, como herramienta teórica y práctica, no obedece al agotamiento de la eficacia explicativa de la teoría marxista. La explicación última de este viraje teórico debe buscarse en la ofensiva derechista (neoliberal) que se desarrolló a partir de la derrota del “socialismo real” y del auge de las políticas neoliberales, que tienen su impacto en el terreno ideológico y que repercuten, por tanto, en el mundo académico y en el debate intelectual. Para nosotros, el marxismo es una ciencia de carácter conflictual, dado que su centralidad está dada por su fuerza para criticar el capitalismo. Por ello, intentamos divulgar diversas investigaciones a fin de revalorizar al materialismo histórico, como teoría y como práctica.

Karl Popper y el historicismo: una crítica interna (Descargar PDF)
Alberto R. Bonnet 
Materia: Epistemología
Como parte de la hegemonía neoliberal, se ha reforzado la idea de que la historia, en tiempos del post-modernismo, en lugar de dotarse de una sólida teoría del conocimiento ha procedido a adoptar el dogma de que el conocimiento es imposible. La respuesta, sana hasta cierto punto, ha sido el alejarse de toda preocupación especulativa hacia un positivismo empirista de corto vuelo. Nosotros creemos que, como historiadores, debemos asumir el desafío de dar a nuestra práctica profesional un fundamento filosófico riguroso. A ello está orientado el siguiente artículo. 

La lógica formal y la dialéctica (Descargar PDF)
Alan Woods & Ted Grant 
Materia: Epistemología
"[...]La capacidad de los seres humanos para pensar lógicamente es fruto de una prolongada evolución social. Precede a la invención de la lógica formal en millones de años. Locke ya expresó esta idea en el siglo XVII: “Dios no ha sido tan ahorrador con los hombres como para hacerlos meras criaturas con dos patas y dejarle a Aristóteles la tarea de hacerlos racionales”. Detrás de la lógica, según Locke, hay “una capacidad ingenua de percibir la coherencia o incoherencia de sus ideas”.
Las categorías de la lógica formal no caen del cielo. Han tomado forma en el curso del desarrollo socio-histórico del género humano. Son generalizaciones elementales de la realidad reflejadas en las mentes de las personas. Se deducen del hecho de que cualquier objeto tiene ciertas cualidades que lo distinguen de los demás objetos; que cualquier cosa mantiene cierta relación con otras cosas; que los objetos forman categorías más amplias, en las que comparten propiedades específicas; que ciertos fenómenos provocan otros fenómenos, etc.[...]"

El debate en la historiografía marxista anglosajona en torno al concepto y análisis de clase (Descargar PDF)
Alejandro Estrella González 
Materia: Taller, Historiografía, Teorías de la Historia
En las últimas dos o tres décadas, las denominadas ciencias sociales se han visto caracterizadas por el desplazamiento de sus conceptos fuertes, y en particular, del análisis marxista de lo social, y el reemplazo por “nuevas” nociones destinadas a explicar una “novedosa” realidad. Desde nuestra perspectiva, este contexto de relativización del marxismo, como herramienta teórica y práctica, no obedece al agotamiento de la eficacia explicativa de la teoría marxista. La explicación última de este viraje teórico debe buscarse en la ofensiva derechista (neoliberal) que se desarrolló a partir de la derrota del “socialismo real” y del auge de las políticas neoliberales, que tienen su impacto en el terreno ideológico y que repercuten, por tanto, en el mundo académico y en el debate intelectual. Para nosotros, el marxismo es una ciencia de carácter conflictual, dado que su centralidad está dada por su fuerza para criticar el capitalismo. Por ello, intentamos divulgar diversas investigaciones a fin de revalorizar al materialismo histórico, como teoría y como práctica.

TEORIA E HISTORIA. CLASES SOCIALES Y LUCHA DE CLASES EN EL MATERIALISMO HISTORICO. Debate: Thompson-Anderson (Descargar PDF)
Colectivo de Trabajo Nueva Opción
Materia: Taller, Historiografía, Teorías de la Historia
El siguiente debate tiene como génesis el interés que como historiadores deberíamos tener sobre un tema que por lo general no resulta explicitado, y en muchos casos, ni siquiera reseñado: el (los) modelos teóricos que permiten desarrollar la investigación histórica. Al decir esto, se intenta señalar un vacío existente en muchas de las materias por las que atravesamos en la Carrera, vacío que a veces ni siquiera cobra forma como problema al no ser percibido en ninguno de sus aspectos como tal. Aún más: en varios discursos que circulan al interior de algunas materias -y que se reproducen fácilmente de manera acrítica- los modelos teóricos aparecen señalados como una especie de dogmatismo que encierra al historiador en unas “estructuras” que empobrecen, antes que enriquecer, las ideas que pueden desarrollarse a través de las investigaciones.
Lejos de este planteo, creemos que la construcción y/o utilización de un marco teórico que abarque la totalidad conceptual de nuestro objeto de estudio, susceptible de ser combinado con varios modelos de análisis -a fin de evitar el riesgo de reproducir solamente categorías encerradas en sí mismas, lo que los fundadores del materialismo histórico señalaron como un tipo de “idealismo”-, es tarea fundamental de aquel historiador que aspire a la rigurosidad científica en sus análisis, de aquel historiador que no se reduzca a un simple cronista de saberes ya constituidos. En otras palabras: explicitar o reseñar nuestro marco de análisis nos permitiría reflexionar críticamente acerca de la historicidad del sujeto (nosotros), del objeto (la historia) y de las “condiciones” (nuestro presente) que lo recrean, interrogarnos a sí mismos acerca del clima de ideas y de prácticas que se desarrollan en nuestra tarea de historiadores. No alcanza con estudiar este u otro tema para definirnos de una u otra manera: hace falta conocer desde dónde nos estamos preguntando por ese pasado. Toda visión de la historia -y en parte hablamos de esto cuando hacemos referencia a un marco teórico- se compone de una ordenación del pasado y de las preguntas sobre ese pasado -que tiene raíces profundas en un presente atravesado por intereses y tensiones- que cumple una determinada función social.

Marx y Engels: una compleja teoría abierta (Descargar PDF)
Flabián Nievas
Materia: Epistemologia, teorias de la historia, historiografía.
En las últimas dos o tres décadas, las denominadas ciencias sociales se han visto caracterizadas por el desplazamiento de sus conceptos fuertes, y en particular, del análisis marxista de lo social, y el reemplazo por “nuevas” nociones destinadas a explicar una “novedosa” realidad. Desde nuestra perspectiva, este contexto de relativización del marxismo, como herramienta teórica y práctica, no obedece al agotamiento de la eficacia explicativa de la teoría marxista. La explicación última de este viraje teórico debe buscarse en la ofensiva derechista (neoliberal) que se desarrolló a partir de la derrota del “socialismo real” y del auge de las políticas neoliberales, que tienen su impacto en el terreno ideológico y que repercuten, por tanto, en el mundo académico y en el debate intelectual. Para nosotros, el marxismo es una ciencia de carácter conflictual, dado que su centralidad está dada por su fuerza para criticar el capitalismo. Por ello, intentamos divulgar diversas investigaciones a fin de revalorizar al materialismo histórico, como teoría y como práctica.

¿Tuvo conciencia de clase el campesinado medieval? (Descargar PDF)
Carlos Astarita 
Materia: Medieval
En las últimas dos o tres décadas, las denominadas ciencias sociales se han visto caracterizadas por el desplazamiento de sus conceptos fuertes, y en particular, del análisis marxista de lo social, y el reemplazo por “nuevas” nociones destinadas a explicar una “novedosa” realidad. Desde nuestra perspectiva, este contexto de relativización del marxismo, como herramienta teórica y práctica, no obedece al agotamiento de la eficacia explicativa de la teoría marxista. La explicación última de este viraje teórico debe buscarse en la ofensiva derechista (neoliberal) que se desarrolló a partir de la derrota del “socialismo real” y del auge de las políticas neoliberales, que tienen su impacto en el terreno ideológico y que repercuten, por tanto, en el mundo académico y en el debate intelectual. Para nosotros, el marxismo es una ciencia de carácter conflictual, dado que su centralidad está dada por su fuerza para criticar el capitalismo. Por ello, intentamos divulgar diversas investigaciones a fin de revalorizar al materialismo histórico, como teoría y como práctica.

[16 de Febrero de 1973. Revista “Así”]
FRENTE A FRENTE
AGUSTIN TOSCO Y JOSE RUCCI EN “LAS DOS CAMPANAS”
(Descargar PDF
)
Materia: Argentina III y para el aniversario del Córdobazo
Durante dos horas, José Rucci y Agustín Tosco se enfrentaron por primera vez, cara a cara, para debatir sus posiciones en el movimiento obrero argentino, cosa que habían hecho por medio de solicitadas y declaraciones. Ambos expresaron los puntos de vista de dos tendencias, cuyas bases de sustentación son las 62 Organizaciones y el Movimiento Nacional Intersindical. A continuación, el texto íntegro del programa que el martes 13, en “Las dos campanas”, televisó el Canal 11.

La hegemonía de la ‘Historia Social’ (Descargar PDF)
Daniel Campione
Materia: Taller, Historiografía, Teorías de la Historia
En las últimas dos o tres décadas, las denominadas ciencias sociales se han visto caracterizadas por el desplazamiento de sus conceptos fuertes, y en particular, del análisis marxista de lo social, y el reemplazo por “nuevas” nociones destinadas a explicar una “novedosa” realidad. Desde nuestra perspectiva, este contexto de relativización del marxismo, como herramienta teórica y práctica, no obedece al agotamiento de la eficacia explicativa de la teoría marxista. La explicación última de este viraje teórico debe buscarse en la ofensiva derechista (neoliberal) que se desarrolló a partir de la derrota del “socialismo real” y del auge de las políticas neoliberales, que tienen su impacto en el terreno ideológico y que repercuten, por tanto, en el mundo académico y en el debate intelectual. Para nosotros, el marxismo es una ciencia de carácter conflictual, dado que su centralidad está dada por su fuerza para criticar el capitalismo. Por ello, intentamos divulgar diversas investigaciones a fin de revalorizar al materialismo histórico, como teoría y como práctica.

Las Revoluciones de 1848 & Francia en 1848 (Descargar PDF)
Eric Hobsbawm & Arthur Rosemberg
Materia: Ideas políticas
Hobsbawm subraya la heterogeneidad geográfica, social, política e ideológica del “movimiento revolucionario” de 1848 y concluye que no existía una “conciencia de clase” unificada, ni un “partido revolucionario” que condujera a las masas con un “programa político” (la revolución del ´48 marca el “nacimiento” del socialismo revolucionario)... ¿Eran masas “desesperadas y hambrientas”? Por el contrario, en las regiones donde la revolución coincide con el nacionalismo “de masas” –Hungría e Italia-, el movimiento tuvo mayor eficacia pero igual resultado –la derrota- pues existían disimetrías entre los oponentes que eran insalvables.
Formulación del problema que se investiga: teoría de los “sucesos políticos”.
Los hechos políticos o “sucesos políticos” constituyen, para la teoría del materialismo histórico, un objeto para el análisis de la lucha de clases. La teoría se ha referido a “sucesos políticos”, hechos o “acontecimientos políticos”. Con estos términos refiere a un ámbito específico de la lucha de clases, entre fracciones y/o grupos, de modo de constituirlos en objeto teórico, para su investigación.


El "nuevo" imperialismo. Sobre reajustes espacio-temporales y acumulación mediante desposesión. (Descargar PDF)
David Harvey
Materia: Geográfia
En las últimas dos o tres décadas, las denominadas ciencias sociales se han visto caracterizadas por el desplazamiento de sus conceptos fuertes, y en particular, del análisis marxista de lo social, y el reemplazo por “nuevas” nociones destinadas a explicar una “novedosa” realidad. Desde nuestra perspectiva, este contexto de relativización del marxismo, como herramienta teórica y práctica, no obedece al agotamiento de la eficacia explicativa de la teoría marxista. La explicación última de este viraje teórico debe buscarse en la ofensiva derechista (neoliberal) que se desarrolló a partir de la derrota del “socialismo real” y del auge de las políticas neoliberales, que tienen su impacto en el terreno ideológico y que repercuten, por tanto, en el mundo académico y en el debate intelectual. Para nosotros, el marxismo es una ciencia de carácter conflictual, dado que su centralidad está dada por su fuerza para criticar el capitalismo. Por ello, intentamos divulgar diversas investigaciones a fin de revalorizar al materialismo histórico, como teoría y como práctica.

Formaciónes Económicas Precapitalistas: Modo de Producción Asiatico (Descargar PDF)
Carlos Astarita 
Materia: Oriente
El materialismo histórico es la ciencia marxista de la historia. Desde esta perspectiva, una definición mayor haría referencia a los modos de producción, sus estructuras constitutivas, sus funcionamientos, y las formas de transición entre uno u otro modo de producción.
Hecha esta simple observación, seguiremos ahora en lo esencial al planteo de Eric Hobsbawm en su Introducción a las Formen: ni Marx ni Engels ha dejado una teoría desarrollada, completa, de los modos de producción, sino solamente indicaciones o esbozos fragmentarios de los modos de producción “comunidad primitiva”, “esclavista”, “Asiático”, “germánico”, “feudal”, “capitalista”, “socialista” y “comunista. Tampoco encontraremos una teoría de las “formas de la transición” de un modo de producción determinado a otro, sino indicaciones muy generales.
Al mismo tiempo, el materialismo histórico, es decir la teoría de los modos de producción, es una teoría de la totalidad social, de la totalidad orgánica que constituye una formación económico-social. Como tal, el materialismo histórico ha desarrollado conceptos que refieren a los “diferentes niveles” que conforman la totalidad social: la insfraestructura económica, la superestructura jurídico-política e ideológica. Así, el materialismo histórico es la teoría de la naturaleza específica de esta totalidad social y del tipo de articulación y de determinación que une a unos niveles con otros.
A partir de estas indicaciones apenas generales, diremos que para el marxismo, la posibilidad de una teoría de la historia se funda en estas premisas. Pero hecha esta enunciación, volvemos sobre la anterior salvedad: el materialismo histórico es una teoría en construcción, en devenir, es decir necesita ser revalorizado críticamente, tanto en sus hipótesis teóricas como en su acumulación de conocimientos concretos respecto de la realidad de la historia, conforme avanzan los conocimientos.
Carlos Astarita1 es uno de los tantos autores que han emprendido esta revalorización crítica del marxismo, es uno de los tantos investigadores que emprendieron la tarea de volver a conquistar para el marxismo su papel de vanguardia en el desarrollo del conocimiento. Es ésta una de las razones que nos moviliza para su publicación, para posibilitar su descubrimiento o su re-descubrimiento (según el caso) entre los estudiantes del Profesorado en Historia de la UNLu.
Pero hay un motivo adicional de no menor importancia que justifica su publicación.
Hay en Astarita (y en otros autores) un intento sistemático de dar cuenta de los problemas fundamentales de la evolución histórica, de las múltiples formas de Estado y de sociedades de clases. En otras palabras: la importancia de algunas de estas investigaciones radica en su repensar de la cuestión fundamental de las condiciones de transición de las sociedades sin clases a sociedades de clase y de la evolución, diferente y desigual, que desemboca en la formación de las sociedades contemporáneas.
Por supuesto, responder a estas cuestiones implica algo más que un simple inventario de aciertos, ignorancias y/o dudas de Marx y Engels respecto de las formaciones económicas precapitalistas, implica algo más que la reconstitución de los temas principales y de la evolución de pensamiento de Marx y Engels sobre las estas sociedades. Así podría ser leído el texto inédito de Astarita que a continuación publicamos.

Braudel, Lévi Strauss y la CIA (Descargar PDF)
Pablo Pozzi
Materia: Taller, Historiografía, Teorías de la Historia
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana acaba de desclasificar un documento de trabajo que comprueba, y brinda algunos datos nuevos, su política hacia la intelectualidad progresista y de izquierda (PDF). El documento se titula «Francia: la defección de los intelectuales de izquierda»y describe, detalladamente, cómo captar e influenciar intelectuales, particularmente aquellos nucleados en la revista Annales, la Ecole des Hautes Etudes, y los que se referenciaban en Michel Foucault, Jacques Derrida y Jacques Lacan, en que lo visualiza como «una guerra cultural». Si bien el eje del documento son los intelectuales franceses, los principios y criterios que plantea fueron aplicados a través del mundo. En el mismo se describen sus tácticas y estrategias para generar un ambiente intelectual antimarxista a partir de influenciar a los intelectuales posmarxistas y a los críticos del Partido Comunista francés.

La Guerra en el Absolutismo (Descargar PDF)
Flabian Nievas
Materia: Historia Moderna
A los historiadores les cabe la enorme responsabilidad de construir perspectivas, que es lo mismo que decir construir sentido. Por ello su actividad es socialmente necesaria siempre. No se trata de encontrar nuevos datos, de acercarse a la “verdad”, de ser más “objetivos” en el sentido de una pretendida imparcialidad que siempre es tomar partido inadvertidamente por el orden establecido, sino de reconstruir críticamente el pasado, no por afán erudito, sino para organizar el propio tiempo, para componer el presente. Cada corriente historiográfica apareció en un momento particular y no es en exceso difícil vincularla con los acontecimientos epocales que a escala más amplia sucedían. Los mismos documentos tienen diferentes interpretaciones según el momento y la cabeza teórica con que se miran. Esto no constituye en absoluto una novedad. Las breves notas que siguen a estas líneas, que no pretenden más originalidad que la simple puesta en correspondencia de cosas ya dichas por otros estudiosos, fueron escritas con ese fin de ayudar a decodificar fenómenos actuales. Aunque parezca obvio vale la pena subrayar que no se pueden establecer paralelismos entre un momento histórico y otro, pero entender el pasado ayuda a comprender el presente. En la actualidad el fenómeno de la guerra sufre mutaciones y reformulaciones que ha llevado a diversos analistas a hablar de “nuevas” guerras, no en sentido cronológico, sino morfológico. Las novedades, sin embargo, son viejas formas que reaparecen en nuevas configuraciones —y con sentidos propios, por supuesto—, formas que, sobre todo, se pueden ver en la etapa del absolutismo. De allí la necesidad de escudriñar en tal período, y el origen de las breves notas que presentamos aquí.
El Estado absolutista, antecesor del Estado nacional burgués, fue la última formación política feudal, una formación centralizada, a diferencia de lo que fue el feudalismo en su etapa de mayor desarrollo: un atiborrado mapa de unidades políticas en las que se entremezclaban geográficamente distintas instancias jurídicas, diferenciadas por estratos, en los que se podían hallar enclaves anómalos, es decir, ajenos a la lógica de organización preponderante. La decadencia del feudalismo se expresó en una creciente centralización política, sin dejar de ser una sociedad predominantemente campesina, en la que el poder estaba directamente dado por las posesiones territoriales: a mayor extensión gobernada, mayor poder; la tierra incluía, en general, a los súbditos, los que aparecían como atributo de la misma, al igual que los animales, los bosques o las riquezas que en ella se encontrasen. Y la tierra se obtenía fundamentalmente de dos maneras: por la conquista o por los matrimonios. La primera forma era sinónimo de guerra; la segunda, muchas veces terminaba en guerra. Es decir que una de las actividades que desarrollaba regularmente el Estado absolutista era la guerra. Estas formaciones históricamente se situaron en Europa en la baja Edad Media, aproximadamente entre los siglos xiv y xviii.
Resulta interesante observar que los límites de los Estados absolutistas no estaban definidos por fronteras idiomáticas, sino por las casas reales. Los Habsburgo, por ejemplo, reinaron los territorios de los actuales países de Austria, España, Portugal, Alemania, norte de Italia, Países Bajos, Hungría, Croacia, etc.; los Borbones reinaron en los actuales países de Francia, España, partes de Italia. El hecho de que un soberano no hablase la lengua de sus súbditos no representaba ninguna extrañeza ni problema particular.
Dada esta dinámica, la guerra era parte fundamental de su actividad. A tal punto, que el principal esfuerzo del erario de los Estados absolutistas se destinaba a la guerra, o al mantenimiento de los ejércitos. Los ejércitos eran costosos y estaban integrados, fundamentalmente, por mercenarios extranjeros, provenientes de regiones externas a los imperios, en especial gente ruda de zonas montañosas (los campesinos alpinos frecuentemente se reclutaban para tales fines). Había dos razones, complementarias, para su utilización. Una era que frecuentemente estos Estados soportaban levantamientos de campesinos pobres, sobre los que caía el grueso del peso fiscal (los nobles estaban exentos de cargas impositivas); por esta razón, armarlos resultaba sumamente peligroso. Además, justamente por este motivo, muchas veces el ejército debía reprimir tales revueltas, y en tal caso nada mejor que utilizar soldados que ni siquiera hablasen la lengua del pueblo al que reprimían. De modo que la contratación de mercenarios era la práctica regular de los Estados absolutistas.

El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado - Capitulo IV Las Gens Griegas (Descargar PDF)
Federico Engels
Materia: Nociones de Política
En los tiempos prehistóricos, los griegos, como los pelasgos y otros pueblos congéneres, estaban ya constituidos con arreglo a la misma serie orgánica que los americanos: gens, fratria, tribu, confederación de tribus. Podía faltar la fratria, como en los dorios; no en todas partes se formaba la confederación de tribus; pero en todos los casos, la gens era la unidad orgánica. En la época en que aparecen en la historia, los griegos se hallan en los umbrales de la civilización; entre ellos y las tribus americanas de que hemos hablado antes median casi dos grandes períodos de desarrollo, que los griegos de la época heroica llevan de ventaja a los iroqueses. Por eso la gens de los griegos ya no es de ningún modo la gens arcaica de los iroqueses; el sello del matrimonio por grupos comienza a borrarse notablemente. El derecho materno ha cedido el puesto al derecho paterno; por eso mismo la riqueza privada, en proceso de surgimiento, ha abierto la primera brecha en la constitución gentilicia. Otra brecha es consecuencia natural de la primera: al introducirse el derechopaterno, la fortuna de una rica heredera pasa, cuando contrae matrimonio, a su marido, es decir, a otra gens, con lo que se destruye todo el fundamento del derecho gentil; por tanto, no sólo se tiene por lícito, sino que hasta es obligatorio en este caso, que la joven núbil se case dentro de su propia gens para que los bienes no salgan de ésta.

El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono al Hombre (Descargar PDF)
Federico Engles
Materia: Prehistoria
El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.

Formaciónes Económicas Precapitalistas: Modo de Producción Esclavista Roma (Descargar PDF)  Grecia (Descargar PDF)
Carlos Astarita 
Materia: Clásica Grecia y Roma
El materialismo histórico es la ciencia marxista de la historia. Desde esta perspectiva, una definición mayor haría referencia a los modos de producción, sus estructuras constitutivas, sus funcionamientos, y las formas de transición entre uno u otro modo de producción.
Hecha esta simple observación, seguiremos ahora en lo esencial al planteo de Eric Hobsbawm en su Introducción a las Formen: ni Marx ni Engels ha dejado una teoría desarrollada, completa, de los modos de producción, sino solamente indicaciones o esbozos fragmentarios de los modos de producción “comunidad primitiva”, “esclavista”, “Asiático”, “germánico”, “feudal”, “capitalista”, “socialista” y “comunista. Tampoco encontraremos una teoría de las “formas de la transición” de un modo de producción determinado a otro, sino indicaciones muy generales.
Al mismo tiempo, el materialismo histórico, es decir la teoría de los modos de producción, es una teoría de la totalidad social, de la totalidad orgánica que constituye una formación económico-social. Como tal, el materialismo histórico ha desarrollado conceptos que refieren a los “diferentes niveles” que conforman la totalidad social: la insfraestructura económica, la superestructura jurídico-política e ideológica. Así, el materialismo histórico es la teoría de la naturaleza específica de esta totalidad social y del tipo de articulación y de determinación que une a unos niveles con otros.
A partir de estas indicaciones apenas generales, diremos que para el marxismo, la posibilidad de una teoría de la historia se funda en estas premisas. Pero hecha esta enunciación, volvemos sobre la anterior salvedad: el materialismo histórico es una teoría en construcción, en devenir, es decir necesita ser revalorizado críticamente, tanto en sus hipótesis teóricas como en su acumulación de conocimientos concretos respecto de la realidad de la historia, conforme avanzan los conocimientos.
Carlos Astarita1 es uno de los tantos autores que han emprendido esta revalorización crítica del marxismo, es uno de los tantos investigadores que emprendieron la tarea de volver a conquistar para el marxismo su papel de vanguardia en el desarrollo del conocimiento. Es ésta una de las razones que nos moviliza para su publicación, para posibilitar su descubrimiento o su re-descubrimiento (según el caso) entre los estudiantes del Profesorado en Historia de la UNLu.
Pero hay un motivo adicional de no menor importancia que justifica su publicación.
Hay en Astarita (y en otros autores) un intento sistemático de dar cuenta de los problemas fundamentales de la evolución histórica, de las múltiples formas de Estado y de sociedades de clases. En otras palabras: la importancia de algunas de estas investigaciones radica en su repensar de la cuestión fundamental de las condiciones de transición de las sociedades sin clases a sociedades de clase y de la evolución, diferente y desigual, que desemboca en la formación de las sociedades contemporáneas.
Por supuesto, responder a estas cuestiones implica algo más que un simple inventario de aciertos, ignorancias y/o dudas de Marx y Engels respecto de las formaciones económicas precapitalistas, implica algo más que la reconstitución de los temas principales y de la evolución de pensamiento de Marx y Engels sobre las estas sociedades. Así podría ser leído el texto inédito de Astarita que a continuación publicamos.

El Concepto de  "Formación Económica y Social": El Ejemplo de los incas (Descargar PDF )
Maurice Godelier
Materia: América  
El materialismo histórico es la ciencia marxista de la historia. Desde esta perspectiva, una definición mayor haría referencia a los modos de producción, sus estructuras constitutivas, sus funcionamientos, y las formas de transición entre uno u otro modo de producción.
Hecha esta simple observación, seguiremos ahora en lo esencial al planteo de Eric Hobsbawm en su Introducción a las Formen: ni Marx ni Engels ha dejado una teoría desarrollada, completa, de los modos de producción, sino solamente indicaciones o esbozos fragmentarios de los modos de producción “comunidad primitiva”, “esclavista”, “Asiático”, “germánico”, “feudal”, “capitalista”, “socialista” y “comunista. Tampoco encontraremos una teoría de las “formas de la transición” de un modo de producción determinado a otro, sino indicaciones muy generales.
Al mismo tiempo, el materialismo histórico, es decir la teoría de los modos de producción, es una teoría de la totalidad social, de la totalidad orgánica que constituye una formación económico-social. Como tal, el materialismo histórico ha desarrollado conceptos que refieren a los “diferentes niveles” que conforman la totalidad social: la insfraestructura económica, la superestructura jurídico-política e ideológica. Así, el materialismo histórico es la teoría de la naturaleza específica de esta totalidad social y del tipo de articulación y de determinación que une a unos niveles con otros.
A partir de estas indicaciones apenas generales, diremos que para el marxismo, la posibilidad de una teoría de la historia se funda en estas premisas. Pero hecha esta enunciación, volvemos sobre la anterior salvedad: el materialismo histórico es una teoría en construcción, en devenir, es decir necesita ser revalorizado críticamente, tanto en sus hipótesis teóricas como en su acumulación de conocimientos concretos respecto de la realidad de la historia, conforme avanzan los conocimientos.
Maurice Godelier es uno de los tantos autores que han emprendido esta revalorización crítica del marxismo, es uno de los tantos investigadores que emprendieron la tarea de volver a conquistar para el marxismo su papel de vanguardia en el desarrollo del conocimiento. Es ésta una de las razones que nos moviliza para su publicación, para posibilitar su descubrimiento o su re-descubrimiento (según el caso) entre los estudiantes del Profesorado en Historia de la UNLu.
Pero hay un motivo adicional de no menor importancia que justifica su publicación.
Hay en Godelier (y en otros autores) un intento sistemático de dar cuenta de los problemas fundamentales de la evolución histórica, de las múltiples formas de Estado y de sociedades de clases. En otras palabras: la importancia de algunas de estas investigaciones radica en su repensar de la cuestión fundamental de las condiciones de transición de las sociedades sin clases a sociedades de clase y de la evolución, diferente y desigual, que desemboca en la formación de las sociedades contemporáneas.
Por supuesto, responder a estas cuestiones implica algo más que un simple inventario de aciertos, ignorancias y/o dudas de Marx y Engels respecto de las formaciones económicas precapitalistas, implica algo más que la reconstitución de los temas principales y de la evolución de pensamiento de Marx y Engels sobre las estas sociedades. Asi podría ser leído el texto de Godelier que a continuación publicamos.

La Guerra de la Política - Clausewitz de Maquiavelo a Perón (Descargar PDF)
Capitulo I: Maquiavelo política y estrategia.
Jose Fernandez Vega
Como si buscar observar también en otros planos las convenciones del teatro neoclásico que en ella se desarrolla, la modernidad prefirió evitar la representación de la violencia sobre el escenario del pensamiento político. No es que la ignorara o que su recurso le pareciera imposible: más bien la sustraía de la vista. Los reproches de Voltaire contra la violencia escenificad en Hamlet son elocuentes: “Se creería que esta obra es el fruto de la imaginación de un salvaje ebrio”. La violación en ella de las tres unidades dramáticas supuestamente aristotélica fue, por cierto, un elemento que contribuyó a la condena; más importante, sin embargo debió ser la multiplicación de muertes en la acción y la sangre derramada que satura la última escena

Feudalismo y Capitalismo en la Historia de América Latina (Descargar PDF)
Manfred Kossok
Materia; América II
En los últimos años, el debate sobre la relación, entre feudalismo y capitalismo en el desarrollo histórico de América Latina ha adquirido carácter internacional. Es uno de los "grandes temas" en el campo de las investigaciones históricos sociales sobre América Latina. Los resultados son de importancia fundamental para el análisis y la definición de la transformación de las estructuras sociales y político institucionales desde la conquista y el establecimiento del dominio colonial hasta el período de la independencia y postindepencia.
Actualmente existen algunas circunstancias que indudablemente dificulten la correcta interpretación de este problema cardinal

LA ORGANIZACIÓN NACIONAL (Descargar PDF)
Haydée Corostegui de Torres
Materia: Argentina II
PERIODIZACIÓN Y CRONOLOGIA
CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL PERÍODO QUE CORRESPONDE A CASEROS
El equilibrio político luego de Caseros (1852) es inestable; se corresponde con la heterogeneidad propia del bando vencedor, cuyas discrepancias latentes determinan la dinámica política del período:
“...Ni colapso total ni transformaciones violentas en el campo político siguieron de inmediato a la batalla de Caseros; con excepción de Buenos Aires, los gobiernos provinciales sufrieron poco o ningún cambio (...) Esta permanencia (...) está vinculada con la heterogénea composición del grupo triunfante (...) cuyas discrepancias latentes frenaron al principio medidas radicales en el ámbito nacional. Sin embargo, la moderación inicial no bastó para mantener el equilibrio; las tendencias en pugna (...) reiteraron un enfrentamiento nunca resuelto del todo a lo largo de los cuarenta años precedentes...” p.423 [Negrilla agregada]


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