Breve
descripción histórica
Desde los
inicios de la era cristiana hasta el siglo XVII, el pueblo vietnamita libró más
de veinte guerras contra invasores. En 938 Ngo Quyen puso fin a un milenio de
dominación extranjera, pero pronto cayó nuevamente bajo el yugo invasor. Así
hasta el siglo XVII. Hasta mediados del siglo XIX sostuvo su independencia.
Luego de tres décadas de lucha, cayó bajo la dominación francesa[1], integrando
desde entonces Indochina, junto a los actuales Laos y Camboya.
Desde 1925, cuando Ho Chi Minh organizó la juventud en el Partido de
los Trabajadores, que en 1930 pasó a denominarse Comunista, se reactivó la
actividad anticolonialista. Durante quince años hubo alzamientos y guerra de
guerrillas. Con el fin de la guerra se abrió una nueva situación internacional,
favorable a la independización de las naciones asiáticas[2]. Vietnam
tiene ancestrales vínculos con China (a diferencia de los pueblos laosiano y
comboyano, de origen hindú). En agosto de 1945, tras una insurrección
generalizada, se proclama la República Democrática del Vietnam. De Gaulle,
presidente francés, envió tropas de inmediato para retomar el control de la
región. Aunque Francia no estaba en condiciones de retomar la colonia, tenía
intención de restablecer su influencia, haciendo de ésta un Estado
independiente pero dentro de la Unión Francesa. Para lo cual era imprescindible
reconquistarla.
En marzo de 1946, se llegó a un acuerdo en Indochina entre los
beligerantes y, en septiembre, Ho Chi Minh, y el Gobierno francés firmaron un
tratado de ratificación. Pero en la práctica lo firmado no fue respetado por
ninguno de los bandos. A fines de 1946 estalló nuevamente la guerra. Francia
intentó, en 1948, crear una monarquía, lo que era inaceptable para los
vietnamitas del Viet Minh[3].
Con la Revolución China de 1949, se revitalizó la actividad insurgente
y con el estallido de la guerra de Corea, la guerra de Indochina entró en el
escenario de la recién inaugurada “guerra fría”. En enero de 1950 la U.R.S.S. y
China reconocieron a Vietnam como país independiente. Los franceses, apoyados
ahora por los norteamericanos, recobraron la iniciativa militar, logrando
algunas victorias importantes. Se hicieron fuertes en Dien Bien Phu, con 11.000
hombres, pero fueron rodeados por el Viet Minh, con 50.000 hombres y solo
pudieron recibir abastecimiento aéreo. En marzo de 1954 la base fue atacada por
Ho Chi Minh, quien la tomó en mayo de ese año. Con esto se desvanecían las posibilidades
francesas de revertir el curso de la guerra, por lo que se vieron obligados a discutir
las condiciones de paz en Ginebra.
La negociación de paz de Vietnam fue en paralelo con el fin de la guerra
de Corea. En el marco de la “guerra fría”, Vietnam alcanzó una fórmula similar
a la de Corea: la división territorial. Al norte del paralelo 17°, los
comunistas liderados por Ho Chi Minh, y al sur un país capitalista conducido
por Ngo Dinh Diem[4].
Mientras tanto, la influencia francesa en el sur era sustituida por la
norteamericana[5].
Desde entonces, Ho Chi Minh, presidente de Vietnam del Norte, y Vo
Nguyen Giap, el general que había liderado la guerra con los franceses,
comenzaron a organizar la guerrilla en Vietnam del Sur, con el objetivo de
reunificar el país.
A medida que los franceses se retiraron de Vietnam del Sur, el papel de
custodio lo fue ocupando Estados Unidos. A fines de 1961 ya se desarrollaban
operaciones bélicas por parte del Viet Cong. El 1º de enero de 1962 se fundó
formalmente el PRP (Partido de la Revolución del Pueblo), que rápidamente
hegemonizó el Frente Nacional de Liberación, conocido como Vietcong por sus
opositores[6].
La
intervención de Estados Unidos
La actividad
norvietnamita en pro de la reunificación nacional llevó a Estados Unidos a
pensar en una invasión por la frontera, al estilo de la reciente guerra de
Corea (1950-1954) en que había intervenido. Entrenó al ejército survietnamita,
en consecuencia, para una guerra de tipo convencional. Además, apoyaba
económicamente al despótico y corrupto régimen de Ngo Dinh Diem.
A fines de 1961 envió una comisión (Taylor y Rostow) que recomendó una
intervención más firme de EE.UU. en apoyo a Diem, para evitar el desprestigio
en la región que suponía abandonar a un aliado a su suerte. Se reforzaron entonces
la ayuda militar y económica. Para 1962 los servicios de inteligencia
norteamericanos estimaban que la insurgencia contaba con 16.000 efectivos
(12.000 en 1961), mientras el ejército survietnamita (ERV) tenía 175.000
efectivos regulares, y 67.000 paramilitares, más 54.000 miembros de una fuerza
de “autodefensa” (aldeanos armados con fusiles). Esto daba una relación de 18 a
1 respecto de las fuerzas insurgentes. No obstante, en combate la relación real
era de 8 a 1, fuerza considerada por los expertos como suficiente solo para
estancar el conflicto.
En ese contexto se ideó el plan
de las “aldeas estratégicas”.
Para restringir el apoyo de los aldeanos a la insurgencia se constituyó
una red de aldeas autosuficientes, con estricto control militar, en las que se
controlaba que todo lo producido se consumiera[7]. Esto
debía complementarse con la reubicación de algunas aldeas, construcción de
caminos y reforma agraria. Poco o nada de eso hizo Diem.
Conscientes de que en elecciones abiertas ganaría la izquierda pro FLN,
Kennedy tramó deshacerse de Diem, lo que ocurrió en 1963. Hasta entonces
Kennedy había evitado involucrarse directamente. Pero tras su muerte, Lyndon
Johnson, decidió terminar con la intermediación sudvietnamita en el conflicto y
se lanzó a su resolución.
La guerra
de Vietnam
El 4 de agosto
de 1964 dos destructores norteamericanos patrullaban el golfo de Tonkin y creyeron
ser atacados por torpederas norvietnamitas (en realidad se trató de un error de
lectura de los instrumentos del destructor Maddox). Esto bastó para que
el Congreso de EE.UU. votara las represalias militares contra Vietnam del
Norte, y el comienzo formal de la guerra[8].
Durante 1964, los “asesores” estadounidenses en Vietnam pasaron de
16.000 a 23.000. Se incrementó el apoyo a la guardia civil paramilitar y se
autorizaron los bombardeos estadounidenses a Vietnam del Norte.
Tras la caída de Diem, el Viet Cong contaba con 34.000 miembros, y su
actividad se extendió por casi todo el territorio de Vietnam del Sur, dominando
la parte norte del país. En ese momento advirtieron que de las supuestas 8.500
aldeas estratégicas (centrales en el diseño estratégico norteamericano) eran en
realidad 3.000.
En 1965 cambió por completo la guerra. Con la caída de Diem el ejército
sudvietnamita (ERV) quedó sumido en la más completa desorganización. En febrero
de ese año Johnson aprobó la operación Rolling Thunder, que consistía en
bombardeos sistemáticos e ininterrumpidos a Vietnam del Norte. Pensaban que de
ese modo harían flaquear el apoyo al Vietcong. Sucedió lo contrario. La
operación Rolling Thunder fue un fracaso total. Entonces tomaron la
decisión de enviar tropas para “pacificar” el país, reemplazando, en los 4 hechos,
al ERV. La intervención fue al estilo norteamericano: desplegando tecnología y
poder de fuego. Enviaron 100.000 soldados, a los que desplegaron por todo el
país para combatir la insurgencia, en lugar de concentrarla en el corte de
suministros (en el norte). Fue una estrategia de “mano abierta”. La táctica era
“buscar y destruir”: los ataques terrestres eran precedidos de cañoneo y
bombardeos aéreos. Eso multiplicó las bajas civiles, y formó una corriente
política antiguerra dentro de los EE.UU. Como sostiene Ch. Maech-ling Jr.
(Secretario de contrainsurgencia en el gobierno de Kennedy), “el ejército
estadounidense cayó en la trampa de emplear tácticas y armas convencionales en
una guerra contrainsurgente. Debido a que el objetivo no era conservar la posesión
de un territorio, sino destruir a un enemigo invisible, la única medida del
éxito fue la producción de bajas del Viet Cong y, en menor grado, la captura de
armas[9].”
Esta brutal contabilidad de bajas generó una mayor oposición interna a
la guerra, a la vez que en el teatro de operaciones alimentaba el odio antinorteamericano,
alimentando indirectamente a su enemigo.
El avance en el plano militar implicaba un fuerte retroceso en el plano
político. De hecho, en ese período, la guerrilla del Viet Cong sufrió graves
pérdidas, y su infraestructura se vio gravemente comprometida.
El Operativo Phoenix
En la segunda
mitad de los ’60 EE.UU. organizó una respuesta global, sin mermar en su determinación
militar, pero incorporando una fuerte ofensiva cívica. Se estableció un verdadero
ejército de asesores civiles, bajo la cobertura del programa Apoyo para las
Operaciones y el Desarrollo Revolucionario. De este modo buscaban llegar a los
vietnamitas sin la intermediación del corrupto régimen gubernamental. En su
momento de mayor desarrollo (en 1969), este programa tenía 6.500 militares,
1.100 civiles, todos estadounidenses, y contaba con un presupuesto propio de
500 millones de dólares, más financiamiento local.
Este programa se complementaba con el Operativo Phoenix, diseñado por
la CIA, de asesinatos selectivos, para desmantelar el aparato político del Viet
Cong.
La ofensiva del Têt
En enero de
1968 el Vietcong y los norvietnamitas llevaron a cabo la ofensiva del Têt (un
mes del calendario vietnamita, en que se celebra el año nuevo) que supuso una
derrota total, desde el punto de vista castrense, pero que significó también
una abrumadora victoria política y psicológica. En esta ofensiva se combinaron
tropas irregulares, del vietcong, con tropas regulares de Vietnam del Norte,
que atacó al ejército norteamericano en los alrededores de la base de Khe Sanh,
cerca de la frontera entre ambos Vietnam, obligándolo a un combate frontal que
lo distrajo parcialmente de la defensa de los otros objetivos atacados por el
vietcong.
La ofensiva comenzó el 31 de enero de 1968. Las fuerzas de liberación
atacaron casi simultáneamente 36 de las 44 capitales de provincia de Vietnam
del Sur, y otras 64 ciudades importantes. Durante tres semanas se combatió en
el centro de Saigón (capital de Vietnam del Sur), penetrando incluso hasta la
embajada estadounidense, que estuvo parcialmente ocupada por un comando del
vietcong durante varios días.
Una de las principales ciudades, Hué, situada en el centro de Vietnam
de Sur, fue conquistada por el Ejército popular, que resistió hasta el 24 de
febrero, ferozmente bombardeado por la aviación norteamericana. Los bombardeos
destruyeron el 80 % de esta importante ciudad.
Durante todo ese mes se desarrollaron combates a lo largo y ancho de
todo el país. Una segunda oleada alcanzó, en mayo, 119 centros urbanos y bases
militares.
En agosto–septiembre se lanzó la tercera ofensiva, atacando sistemáticamente
a las instalaciones norteamericanas.
Estas segunda y terceras oleadas ofensivas completaron lo que se
instaló fuertemente con la ofensiva de enero: el quiebre político de la fuerza
ocupante.
Si bien desde el punto de vista castrense la ofensiva de enero fue
desastrosa, con unas 100.000 bajas vietnamitas contra unas 5.000 norteamericanas
y survietnamitas, política y psicológicamente constituyó una victoria
inigualable, al punto que todos los analistas, de ambos bandos, coinciden en
señalarla como la bisagra de la guerra, desde distintos puntos de vista.
Las consecuencias de la ofensiva del Têt
La ofensiva del
Têt demostró, en primer lugar, la inquebrantable voluntad de combate de las
fuerzas de liberación nacional (el vietcong y el ejército de Vietnam del
Norte), que estaban dispuestos a combatir hasta el último hombre.
Puso en evidencia, asimismo, la falsedad del enfoque oficial
norteamericano, de una victoria inminente. El peso político de los tres o
cuatro mil muertos estadounidenses fue de-terminante para reactivar el
movimiento antiguerra dentro de los EE.UU., por cuanto se los consideraba
muertos inútilmente, por proteger a un gobierno corrupto de un país exótico y
lejano. El movimiento antiguerra se extendió más allá de las fronteras
estadounidenses, mundializándose, lo que quitaba margen de maniobra a los
EE.UU. Paralelamente, las 100.000 bajas vietnamitas se convirtieron,
internamente, en mártires por la liberación nacional, lo que retempló el
espíritu de combate.
Desde el punto de vista militar, también significó un cambio, ya que
hasta ese momento el peso de la guerra de liberación lo había llevado la guerrilla
del vietcong, con apoyo del ejército de Vietnam del Norte. Desde entonces, el
ejército regular norvietnamita se involucró más abiertamente en el conflicto,
bajo cuyos avances operaba el Vietcong.
La definición del conflicto
Desde 1968,
pero más acentuadamente desde 1970, las fuerzas norteamericanas y survietnamitas
se batieron en retirada. Más precisamente debiera decirse que se fueron
descomponiendo, ya que a medida que se retiraban, la defensa se volvía más
confusa y errática.
Con un ejército moralmente en bancarrota, las derrotas parciales en
escaramuzas y emboscadas fueron dando espacio a la confrontación regular.
En la ofensiva final, lanzada por el general Giap en 1975 (la “ofensiva
final por la victoria”), el despliegue de fuerzas regulares dio el marco
definitivo para la recuperación del territorio sur de Vietnam. El despliegue de
17 divisiones convencionales, equipadas con tanques y artillería y empleando
tácticas envolventes convencionales, a lo largo de toda la región montañosa
central de Vietnam, fue el golpe de gracia para una fuerza ya disgregada. Las
unidades estadounidenses eran evacuadas rápidamente, dejando libradas a su
suerte a las fuerzas de Saigón, que, dispersas, trataban infructuosamente de
proteger algunos puntos de los ataques del Vietcong.
Después de esa última ofensiva, se firmaron en París los acuerdos de
cese de hosti-lidades, con el retiro definitivo de las tropas de ocupación, y
la reunificación de Vietnam.
Bibliografía:
Becerra, Alfredo; “Vietnam, la crítica de las
armas”, en Crisis N° 28, Buenos Aires, agosto de 1975.
Giap, Vo Nugyen; Guerra de liberación,
La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1972.
Hure, Nicolás (Cnel.); “Situación estratégica
de los bloques oriental y occidental”, en Re-vista de la Escuela Superior de
Guerra, Nº 320, Buenos Aires, abril–junio de 1958.
Maechling, Charles Jr.; “Contrainsurgencia:
la primera prueba de fuego”, en Klare, M. y Kornbluh, P.; Contrainsurgencia,
proinsurgencia y antiterrorismo en los 80. Grijal-bo, México D.F., 1990.
Pike,
Douglas; Viet Cong, Sopena, Buenos Aires, 1968.
Rousset, Pierre; “La ofensiva del têt”, en Inprecor
(Revista de información y análisis publi-cada bajo la responsabilidad del
Secretariado Unificado de la IV Internacional) N° 266, 23 de mayo de 1988,
Francia.
Sohr, Raúl; Para entender la guerra,
Alianza, México D.F., 1990.
Sohr, Raúl; Las guerras que nos esperan,
Ediciones B, Santiago de Chile, 2000.
[1]Vo Nugyen Giap; Guerra de
liberación, La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1972, cap. 1.
[2]Hasta 1945 solo Tailandia era
independiente
[4] Esto se acordó con la promesa francesa de convocar a
elecciones en Vietnam del Sur en el término de un año para que el Sur decidiera
qué gobierno elegir. Dado que el gobierno que había quedado era extremadamente
débil, el PTV confió en que sus partidarios ganarían las elecciones. Pero
dichas elecciones nunca tuvieron lu-gar. Cf. Pike, Douglas; Vietcong,
págs. 34/5. Sobre la división, cf. Cnel. Hure, Nicolás; “Situación estratégica
de los bloques oriental y occidental”, en Revista de la Escuela Superior de
Guerra, Nº 320, abril–junio de 1958, pág. 246/7.
[5] La guerra dejó como saldo, para Francia, 19.000
muertos (70.000 habían sido los combatientes) y unos 60 a 80.000 muertos
vietnamitas que integraban sus tropas.
[7] “Las provisiones se racionaron en forma estricta y
se prohibió a los trabajadores llevar meriendas a los cam-pos y minas. Fuera de
las aldeas sólo podían comer bajo vigilancia, e incluso en la aldea misma se
instituye-ron cocinas comunitarias, prohibiéndose las cocinas particulares. Se
aseguró así que ni un mendrugo llegase a manos rebeldes.” Sohr, Raúl; Para
entender la guerra, Alianza, México D.F., 1990, pág. 37. Este programa fue
ideado por los ingleses, quienes lo utilizaron exitosamente en Mau Mau (Kenia)
y en el tramo final de la guerra contra los bóers.
[8] La narración detallada del episodio puede verse en
Sohr, Raúl; Las guerras que nos esperan, Ediciones B, Santiago de Chile,
2000, pág. 239/40.
[9] Maechling, Charles Jr.; “Contrainsurgencia: la
primera prueba de fuego”, en Klare, M. y Kornbluh, P.; Con-trainsurgencia,
proinsurgencia y antiterrorismo en los 80. Grijalbo, México D.F., 1990;
pág. 57.
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