“…ensayo general
para la farsa actual
teatro antidisturbios…”
Vencedores Vencidos, Patricio
Rey y sus Redonditos de Ricota.
En la sesión del Consejo Superior del día 23 de
febrero de 2017, se aprobó un nefasto proyecto de creación de un Comité de
Convivencia para la UNLu, en sintonía con la política represiva del Gobierno de
Macri y la alianza Cambiemos.. El mismo apunta, principalmente, a disciplinar y
castigar a los que resistimos la aplicación de las políticas de ajuste
neoliberal al interior de la Universidad Nacional de Luján. La iniciativa de
fomentar la “convivencia democrática”
para todos los miembros de la Universidad “y aquellas personas que ocasionalmente se encuentren en la institución”,
es un viejo anhelo buscado por la gestión de Arizio- Oloriz-Ramos que en este
nuevo capítulo pretende eliminar las conquistas de los derechos políticos
democráticos, bajo un eufemismo elegante de palabras: el “Comité de convivencia”.
¿Cuándo y por qué se crea el comité de convivencia?
El 21 de
marzo de 2016 organizaciones estudiantiles y estudiantes independientes nos
organizamos para repudiar la presencia del rector Arizio en el centro regional
San Miguel, quien había llegado con el objeto de inaugurar aulas nuevas en
dicho regional; en aquella oportunidad, y a través de un masivo escrache,
denunciamos su política expulsiva y
anti-estudiantil que ya para aquel entonces contaba con recortes de
becas, pasantías, viajes complementarios, etc.
Lo que siguió a este hecho fue el intento de la gestión de criminalizar
y deslegitimar nuestra protesta, inventando hechos de violencia hacia un
militante de la lista estudiantil que responde a la gestión, (lista 111), que
jamás existieron.
La iniciativa de los sectores más reaccionarios
dentro de la UNLu fue llevada adelante en el consejo superior del 12 de
mayo de 2016 por Juan Ramos y Karina
López, representantes del claustro No Docente y conducción del gremio,
quienes presentaron una propuesta, que luego fuera aprobada, para la creación
de una comisión encargada de la
redacción de un “régimen de convivencia”.
Quienes se prestaron para el cumplimiento del
trabajo en la comisión “ad hoc”
supervisada en realidad por Juan Ramos y Karina López, para la aprobación
final del proyecto del “código de convivencia” fueron: Rosana Pasquale de la
lista 249 de profesores; Ezequiel Larraburu por la lista 323 de docentes
auxiliares; Vanina Lizano y Fernanda Cáceres por la lista 430 de los no
docentes y por la lista “est$diantil” 111, Pablo Pauletti.
El día Miércoles 22 de febrero, la propuesta de
conformar un “comité de convivencia UNLu” pasó por la Comisión de Labor (donde
todos los miembros allí presentes, incluida la representante del Frente
Universitario de Luján, en la Lista 115, dieron su apoyo para que este tema
pase a la sesión de consejo superior del día siguiente para APROBACIÓN DIRECTA,
es decir que en esta comisión nadie se opuso.
Sin embargo, en la sesión del consejo superior del
día 23 de febrero de 2017, luego de la intervención de representantes de la
lista 109 de estudiantes, agrupaciones estudiantiles Germinal-Centro regional
Campana y Nueva Opción- Luján -San Miguel, algunos consejeros cambiaron su
voto; de todos modos, fue aprobado por la mayoría de los miembros del cuerpo.
¿A que apunta el “código de convivencia”?
En la fundamentación para la creación de la
Comisión “ad hoc”; los ejes claves están centrados en los siguientes puntos:
- · “…corresponde a la Institución cautelar que la manifestación de posiciones ideológicas se efectúe mediante el diálogo, evitando situaciones de intimidación (…)” Es decir, que serán los mismos reaccionarios que gobiernan la UNLu, la medida de todas las cosas, ya que ellos considerarían aquello que estaría “bien” o “mal”. De esta manera, todos los que denuncien o no sean complacientes a sus intereses, son potencialmente antidemocráticos.
- · “Que también la conducta de las personas ajenas a la Universidad que por cualquier motivo se encuentre en ella, debe ser ajustado a los principios institucionales (…)”. Lo peligroso de lo que aquí se indica es que se busca la construcción de un “potencial sospechoso” (vendedores, artesanos, jóvenes en situación de calle, militantes políticos o al que arbitrariamente consideren un “otro”) ajeno a la Universidad, quienes deben ajustarse a conductas que los miembros del comité consideren propias de la institución.
- · “Que por otro lado se debe regular el uso de los bienes afectados a la Universidad en base de la responsabilidad patrimonial de sus miembros (…)”. En cuanto al cuidado del patrimonio público como institución, lo que en realidad busca es anticiparse ante la posibilidad de una agenda de legitima protesta de los claustros de la comunidad Universitaria, para caerle con todo el peso de la ley ante los métodos históricos de protesta de la comunidad univeristaria: tomas, escraches, etc.
- · “Promover los valores en los que se apoya la conducta digna y honorable que se espera de los miembros, a favor del logro de un ambiente adecuado para el desarrollo de la actividad universitaria basado en el respeto a la persona propia y la del otro, y reconociendo los derechos de privacidad, libertad y dignidad personales…”. Finalmente, las políticas para la convivencia y permanencia de todos sus miembros en un medio social adecuado, no solo deja de ser una frase bonita, porque en la realidad los enunciados del estatuto se ven avasallados día a día, la paz que quieren instaurar y la que piensan sin decirlo, es la de los cementerios y no la que considera a la Universidad como la casa del conocimiento y del debate constructivo y crítico. Sin olvidar que la potestad de indicar cuales son aquellas conductas dignas y honorables recae en los sectores mas reaccionarios de la UNLu.
- · “(…) intervenir tanto de oficio como a instancias de la presentación de algún miembro de la comunidad universitaria, ante cualquier hecho, acción u omisión que pueda significar una falta o inobservancia de alguno de los principios básicos definidos en el presente código” y aclaran que entienden por “faltas” a aquellas conductas “…que alteren el normal desarrollo de actividades formativas y culturales (…) agravios, actitudes discriminatorias y/o utilización de expresiones inapropiadas (…)empleo de la fuerza física o psicológica (…) uso inapropiado o sin autorización de las instalaciones…”. Esta es una de las funciones del comité de convivencia, en esta se garantiza la arbitrariedad y explicitan sus verdaderas intenciones, con un lenguaje, por supuesto, velado. La actuación bajo “oficio” y lo que determina como posibles situaciones a sancionar, además de ser una imprecisión jurídica, le deja las puertas abiertas a la alcahuetería política y la igualdad de derechos termina de convertirse en una ilusión, porque suspendería las garantías constitucionales y al mismo estatuto de la Institución en lo referido a la libertad de expresión y de ideas.
Es por esto, que interpretamos esto como una clara
embestida reaccionaria que intenta regimentar las conductas de la comunidad
universitaria a favor de sus intereses. El
objetivo es claro: disciplinar y acallar a todos aquellos que nos oponemos, a
quienes “ponen en jaque la gobernabilidad” haciendo visible la política de
recorte y ajuste al interior de la UNLu.
Ante esto, entendemos que la tarea pendiente sigue siendo el avanzar en la
unidad de las fuerzas democráticas y progresistas de la Universidad, para
ponerle freno a la batería de políticas regresivas y antidemocráticas.
Por la vigencia del derecho del ejercicio a la libertad de
opiniones y pensamiento crítico.
Unidad amplia y profunda de
todos los claustros contra la envestida reaccionaria.
Por la derogación del “Comité
de convivencia”.
Por una UNLu, publica,
gratuita, laica y de calidad.
AGRUPACIÓN POLÍTICA NUEVA OPCIÓN
Lista 109 en el FRENTE ESTUDIANTIL DE UNIDAD
Toma Mate: Edición Marzo 2017
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