LA PASIÓN DE OCTUBRE

 

 “La revolución es guerra, la única en verdad legítima, justa y grande, entre cuantas ha conocido la historia. En Rusia, esta guerra ha sido declarada, y ha comenzado.” Lenin 1905

La revolución bolchevique de octubre de 1917 es la primera puesta a prueba “exitosa” (aunque no la única en el “corto” siglo XX) de uno de los fundamentos del marxismo: la revolución no es posible sin una vanguardia. Es en este sentido, en el que aparece desplegada en toda su dimensión teórica y práctica la “teoría de la vanguardia”, característica del marxismo revolucionario, expresada entonces en el Partido Bolchevique dirigido por Lenin.

Cuando se aborda el problema de la vanguardia, se suele circunscribir su actividad al ámbito de la toma del poder y de la lucha política. Dejando de lado, que esta vanguardia, esta inteligencia se fue constituyendo en medio de una fuerte lucha ideológica. Esta verdadera lucha teórica abarcó no solo los ámbitos referido a lo político y social sino también a la cultura y las artes. El triunfo de la Revolución generó profundos cambios en Rusia, la experiencia revolucionaria se enriqueció con el contexto de experimentación y exploración artística que reformularon profundamente las pautas y expresiones vigentes.

Fueron años de experimentación política, social, estética y científica puesta al servicio de la esperanza en la construcción de una sociedad sin clases en los que se repensaron el arte, la ciencia y la política de un modo revolucionario.

La ciencia fue considerada una herramienta fundamental del cambio revolucionario hacia una sociedad mejor. Una ciencia construida “desde abajo” que abrió nuevos campos de conocimientos, con nuevos conceptos, marcos epistemológicos y metodologías. Los científicos en la nueva Unión Soviética hicieron grandes contribuciones a la psicología, la genética, la ecología, la ciencia de los materiales y la cosmología. Al mismo tiempo, la influencia de la vanguardia artística rusa es incalculable al punto tal que los historiadores y críticos de arte han remarcado la incidencia del constructivismo en el arte abstracto, el expresionismo abstracto, el pop, el minimalismo, el brutalismo y el deconstructivismo. Del Mismo modo se puede trazar el rastro de la revolución socialista en el cine, el teatro y, aún, la moda.