Lujan 16 de Marzo de 2015
A los miembros
de Honorable Consejo Superior:
Ante una nueva
conmemoración del 24 de marzo de 1976, donde se conmemoran los 39 años de la
ultima dictadura cívico militar, desde las organizaciones estudiantiles abajo
firmantes, venimos a manifestarnos y exigir el repudio a la ultima dictadura
militar por el genocidio realizado en Argentina y en particular al personaje
civil de la dictadura en la UNLu y en Lujan el Ingeniero Gerardo Amado. Esto
seria una reparación histórica ideológica para la UNLu, pues seria el momento
justo para poner en su lugar la figura de los cómplices civiles de la dictadura.
En nuestra
propuesta (que traemos adjunta a la nota, como proyecto de resolución del HCS), planteamos que se repudie a la figura y la gestión de
Amado como rector interventor, que se reivindique a todos los compañeros
desaparecidos de la UNLu, y que se arbitren los medios necesarios para retirar
oficialmente la figura de Amado entre los cuadros de quienes han sido rectores de nuestra Universidad
hasta el momento.
Exigimos bajar el cuadro del ingeniero Amado
para que quede en la historia como
figura distinta de los demás rectores, es decir, como un nombre de entre los
tres agentes de la dictadura que pasaron por el rectorado de la UNLu; el Mayor
Tomasi, el teniente Coronel Marincola y el Ingeniero Amado. De esta forma a
estos tres agentes no se los borra de la historia, sino que se los denuncia por
sus daños a nuestra universidad
Además de bajar
el cuadro, proponemos jubilar SIN HONORES al Ingeniero Amado de su trabajo docente
actual en la asignatura de matemáticas, y en cualquier otro cargo que tuviese.
En esta nota
queremos copiar la declaración completa que nos moviliza a traer este reclamo.
Sin mas saluda
Atte
Agrupación política nueva opción
(lujan y san miguel, conducción del centro de estudiantes de historia)
Agrupación Germinal (conducción del
centro de estudiantes de trabajo social campana)
Frente Universitario de Lujan
(conducción del centro de estudiantes de educación, trabajo social e industrial
Lujan)
Listas 109 y 115
Declaración política
de la Agrupación Política Nueva Opción como repudio a la última dictadura cívico
militar
¿A qué memoria interpelamos?
La lucha de clases en la Argentina de los ´60 y ´70 se desenvolvió en
condiciones de guerra civil, es decir, los conflictos sociales alcanzaron el
momento en que los enfrentamientos se desarrollan en su estadio político
militar. Por ello, la fuerza social revolucionaria, obrera y popular, que
comienza a constituirse desde fines de los ´60, su derrota político militar y
el posterior genocidio (un matanza política, que tomó la forma de muertos,
desaparecidos, y cuyas consecuencias sociales y políticas han dejado sus
huellas hasta hoy día entre nosotros), a cargo de los sectores capitalistas
argentinos, su régimen político-social y sus aliados internacionales, son datos
insoslayables para el análisis y la reflexión de cada 24 de marzo.
Como organización política, nuestro objetivo de cada 24 de marzo es siempre
tratar de comprender la multiplicidad de procesos que convergen en situaciones
de tremenda crueldad y violencia masiva, como las que se vivieron en nuestro
país en aquellos años. Por ello rechazamos de plano la representación
ideológica –no científica- más difundida, conocida como la "teoría de los
dos demonios", que no sería más que el enfrentamiento irracional de dos
bandos armados, ante los cuales la sociedad habría permanecido “ajena”,
demonizando de este modo la violencia -que es un fenómeno social- sin
explicarlo. Nuestro objetivo es avanzar hacia un momento más reflexivo acerca
de los procesos sociales, y para ello necesitamos revisitar el pasado, siempre
desde el presente, para poder comprender lo actual, y continuar hacia el
futuro…
Breve itinerario del contexto
político-social de creación de la UNLu y el rol de Emilio Mignone en los
inicios
Sabido es que para los sectores cívico-militares del capitalismo más
concentrado, en el contexto del ascenso de las luchas de masas de los años ´60,
las universidades públicas de la Argentina se convirtieron en un ámbito
propicio, según su perspectiva, para el "reclutamiento y
adoctrinamiento" de lo que estos mismos sectores y su prensa han definido
como "subversivos". Así, en julio de 1966 el PEN, en manos de la
dictadura de Onganía, sanciona el decreto ley 16.912, que da lugar a “La noche
de los bastones largos”, el desalojo violento de los estudiantes y
docentes de la UBA por la Policía
Federal, y sus terribles consecuencias: alrededor de 2000 intelectuales,
científicos, e investigadores partieron al exilio, una parte tuvo una
adaptación pasiva y otros resistieron desde dentro de las universidades. Pero
el régimen neoliberal de Onganía no logró limitar la politización creciente en
la vida académica. Una gran cantidad de agrupaciones estudiantiles dejaron de
definirse solamente en adhesión a los principios de la Reforma de1918, para
comenzar a redefinir su vínculo con identificaciones políticas más claras, al
tiempo que iba emergiendo una nueva generación de revolucionarios que lucharían
abiertamente contra el régimen capitalista.
En este contexto de acenso del movimiento estudiantil y de incremento de la
matricula estudiantil universitaria, el régimen de dominación militar
implementó un proyecto de diversificación del sistema universitario. Se llevó adelante la creación de 16 nuevas
Universidades Nacionales, entre las cuales estaba la UNLu, bajo la dictadura de
la "burguesía ilustrada" personificada en Agustín Lanusse y su
Ministro de Educación, Gustavo Malek, conocido como “Plan Taquini”.
Con el regreso de la democracia en 1973, Emilio Mignone fue nombrado
rector interventor de una UNLu a medio crear, por el entonces presidente
interregno Héctor Cámpora. Pero con la derechización del gobierno de Perón-Isabel
Perón-López Rega, llega el Ministro de Educación Ivanisevich, quien suspende
los fondos de creación de la UNLu. Mignone, cercado por la gestión reaccionaria
de Ivanisevich-Isabel Perón, y a pesar de no obtener el predio del Instituto
Alvear para el funcionamiento de la UNLu, consigue cuatro hectáreas para
construir el edificio de la UNLu. Además, en acuerdo con intendentes y
diputados provinciales de la región de influencia, da paso al verdadero proyecto innovador de la UNLu en
la perspectiva de Mignone: la creación de los Centros Regionales en General
Sarmiento, Campana, Chivilcoy y 9 de Julio, logrando de este modo hacer de la
UNLu un proyecto innovador para la región: extender la educación superior a las
zonas industriales y a localidades lejanas de la Provincia de Buenos Aires.
Pero estos Centros Regionales,
que no figuraban en el proyecto originario de creación de la UNLu, generaron al
mismo tiempo, una fuerte resistencia del
grupo vecinalista lujanero (que también había impulsado la creación de
nuestra Universidad, pero desde una perspectiva mucho más localista), y operan
contra Mignone con un verdadero golpe de mano: le crean un "vacío de
poder", presentando la renuncia en masa a sus cargos en las secretarías
del rectorado, y sentando las huellas de
un debate, muchas veces velado, otras menos, abierto, pero que se ha mantenido
a lo largo de todos estos años, respecto de dos modelos de UNLu. Como
vemos, el modelo lujanero, con fuerte anclaje político-ideológico en el
pensamiento conservador, se ha resignificado a lo largo de estos años, pero la propuesta originaria de los lujaneros,
de ayer y de hoy, se mantiene: se aprestan a impulsar la eliminación, en la
Asamblea Universitaria de mayo próximo, de la figura de los Centros Regionales
de nuestro actual Estatuto…
La parte de la historia de la UNLu
que muchos prefieren callar u olvidar: la gestión del Ingeniero Amado y la
dictadura
Mignone, por prestigio propio, por el apoyo del intendente electo de
Luján, Humberto De Lucía, así como de sectores no reaccionarios del gobierno
nacional, logra seguir conduciendo la UNLu, a pesar del intento destituyente de
los vecinalistas lujaneros, hasta que finalmente el 24 de marzo de 1976, con el
golpe contrarrevolucionario consumado, Mignone renuncia y las Fuerzas Armadas
toman el control de la UNLu. Su primer interventor militar, el Teniente Coronel
Jorge Marincola, ejerció funciones hasta el mes de abril, momento en el que fue
sucedido por el Mayor Héctor Tomassi, desde el mes de mayo a setiembre de ese
año. Ambos, como primeras medidas, dieron de baja a una gran cantidad de
docentes y no-docentes de la institución.
Pero la UNLu, como casi todas
las universidades públicas del país, también ha sufrido no solo el control y la
expulsión de docentes, estudiantes y no-docentes, sino también de compañeros desaparecidos. En mayo de
1976 es secuestrada Mónica Mignone, la hija de Emilio, militante de la Juventud
Peronista, Licenciada en Pedagogía, docente en la UNLu y en la Universidad de
El Salvador. Ese mismo año, también es secuestrado Jorge Elisher, del Partido Revolucionario de los Trabajadores,
celador del Instituto Alvear. También María
Marta Vázquez, secuestrada la misma noche que Mónica, y que en 1977 fuera
arrojada al mar en los llamados "vuelos de la muerte". En el mismo
año, es secuestrado el compañero de María Vázquez, César Lugones, veterinario que se desempeñaba como docente de la
UNLu. Finalmente, la docente Elvira
Elacurria de Del Castillo, quien va a "renunciar" –nunca se
encontró su renuncia por escrito- en el mes de julio de 1976 y, ocho meses
después, será secuestrada en la provincia de Córdoba, en marzo de 1977.
Hasta aquí, describimos someramente el modo en que la UNLu sufría la
implementación de las políticas genocidas de la dictadura cívico-militar, como
tantas otras universidades públicas de nuestro país. Pero la parte vergonzante de la historia de la UNLu en la dictadura,
silenciada durante años, es la complicidad de unas de las figuras políticas
vecinalistas de mayor relevancia, por aquellos años, en la ciudad de Luján. Nos
referimos al rector-interventor
colaboracionista, Gerardo Amado, quien llega a ocupar ese cargo en
setiembre de 1976, luego de la negativa de Pedro Barnech de aceptar dicho
cargo.
Para cuando Amado llega al rectorado convocado por la dictadura, los
Centros Regionales ya estaban en funcionamiento pleno, e insertos en las
comunidades donde se habían creado. Amado, figura política de relevancia de la
corriente vecinalista, dio de baja a tres docentes por orden de las Fuerzas
Armadas, e intentó actualizar los planteos del proyecto original de los
lujaneros, es decir, una estrategia de retorno fuerte a la orientación
tecnológica –Ingenierías- original. Finalmente, durante las luchas estudiantiles por la reapertura –entre 1979 y 1980-,
la corriente lujanera se oponía a la inclusión de sus Centros Regionales y, de
no ser por la presión misma de la lucha estudiantil de entonces, el final hubiera sido otro bien distinto,
más agradable a los intereses de quienes pretenden una UNLu esencialmente sólo
para Luján.
La gestión Amado se caracteriza por la ausencia de actividad
política e ideológica de docentes y estudiantes, debido al control y la
represión dirigida hacia la actividad militante, de la cual su intervención
como rector fue de abierto colaboracionista de la dictadura genocida. Este
cuadro de situación, no difiere del panorama del resto de las universidades.
Pero lo que queremos denunciar aquí es que, y como el propio Amado lo ha
reconocido públicamente en varias oportunidades, su gestión en la UNLu fue en total consonancia con la política genocida
de la última dictadura cívico-militar,
Pese a ello, hoy día, su cuadro de "honor",
junto al de Mignone y el resto de los rectores de la UNLu desde su reapertura
en 1984, sigue allí, firme como marcha marcial, en el pasillo que conduce a la
oficina del rector…
En 2007, el aliado principal de la dictadura en la UNLu sufrió un revés
judicial en el juzgado 3 de Mercedes, a cargo de la jueza María Laura
Lazzarini: Amado había iniciado un juicio por calumnias e injurias, ante una
solicitada de dos referentes del PJ de Luján, quienes habían denunciado
justamente el colaboracionismo de Amado como rector interventor de la UNLu y
como intendente de la ciudad, durante la dictadura. El fallo de la jueza
Lazzarini privilegió el derecho a la libertad de expresión de los acusados por
Amado, y el “derecho a saber” quién hizo qué,
refiriéndose a las personas que tuvieron cargos durante la dictadura. En el fallo, la
jueza explicó además que hay testigos que dieron cuenta de que Amado impidió a
los empleados de la UNLu “relacionarse con quienes quisieran”
porque “sería informado” (Página/12, 7-6-2007).
Por ello, exigimos al Consejo Superior que se repudie a
la figura y la gestión de Amado como rector interventor, que se reivindique a
todos los compañeros desaparecidos de la UNLu, y que se arbitren los medios
necesarios para retirar oficialmente la figura de Amado entre los cuadros de quienes han sido rectores de nuestra
Universidad hasta el momento.
¡¡¡NUESTROS COMPAÑEROS LUCHARON POR LA REVOLUCIÓN
Y EL SOCIALISMO!!! 30.000 COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS PRESENTES!!
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