“Instrúyanse porque necesitaremos toda nuestra inteligencia.
Conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo.
Organícense, porque necesitaremos toda nuestra fuerza.”


Antonio Gramsci

sábado, 2 de junio de 2018

Contra el régimen disciplinario para estudiantes impulsado por la gestión de Lapolla- Oloriz- Ramos


De izquierda a derecha Rector Lapolla, Consejero Oloriz (lista 250) y Consejero Ramos (Lista 430)

El pasado jueves 26 de abril ingresó en el temario del Consejo Superior una propuesta de nuevo régimen disciplinario para estudiantes, elaborada por la Dirección de Asuntos Legales Internos de la UNLu, y apoyada por las listas 250 (profesores), 317 (Auxiliares), 430 (No docentes), 111 (estudiantes) y 511 (graduados); que son el bloque oficialista del  actual rector Lapolla.


Una nueva ofensiva contra el Movimiento Estudiantil

Ya desde la primera gestión del rector Arizio (2005-2009), pero con más fuerza en el 2016, el régimen de la Universidad, mediante la iniciativa de la burocracia no docente intentó imponer un “régimen de convivencia” con la intención da acallar las voces de los estudiantes y agrupaciones estudiantiles que veníamos denunciando la política de ajuste y recorte de la gestión de la Universidad. Fracasado ese intento, repudiado por estudiantes y docentes y eliminado a propuesta de la Lista 117 este año el “Comité” que pretendía aplicar dicho régimen, en el Consejo Superior del 26 de abril se presentó desde la Oficina de legales un “Reglamento disciplinario para estudiantes”, con el objetivo poco original de una vez más acallar las voces estudiantiles disidentes.
Esta iniciativa, se da en un contexto muy particular que explica en si mismo la necesidad de “disciplinamiento” a los reclamos y denuncias estudiantiles: al recorte en materia de política que fomente el bienestar estudiantil y fomente la permanencia de los estudiantes en la universidad, se suma el alineamiento del rector de la UNLu, Antonio Lapolla, en el CIN con la política educativa del gobierno de Cambiemos (ver nota aparte).
El reglamento disciplinario contiene no sólo ambigüedades, lagunas y pocas especificaciones que permiten a la autoridad de aplicación del mismo (el Secretario de Asuntos Académicos) una amplia y libre interpretación de la adecuación de los hechos a las tipificaciones enumeradas en el reglamento, sino además graves vulneraciones a derechos estudiantiles, a métodos históricos de lucha del movimiento estudiantil y restringe brutalmente las libertades democráticas que ha conquistado el Movimiento Estudiantil,  en tanto plantea la posibilidad de suspensión de estudiantes de manera cautelar, es decir, sin comprobar la existencia del hecho o la correspondencia de una sanción al mismo, a sola voluntad del Secretario de Asuntos Académicos. Asimismo sanciona a aquellos estudiantes que de manera escrita u oral denuncien a un miembro de la comunidad universitaria por la tarea que desempeña, interpretando así como un agravio una denuncia pública a un funcionario público de la universidad, es decir, no se podría indicar la responsabilidad de ciertos funcionarios sobre medidas que vulneren derechos por ejemplo (mientras que al mismo tiempo paradójicamente sanciona que se coarte la libertad de expresión).
Este régimen, plantea las sanciones ante actos que “afecten el decoro, prestigio, convivencia, coarten la libertad de expresión, las instituciones democráticas, pongan en riesgo el patrimonio de la universidad (...)” como así el de impedir deliberadamente el ejercicio de sus funciones a cualquier miembro de la comunidad universitaria”, sancionando de esta manera a los métodos de organización, decisión y lucha del movimiento estudiantil como lo son asambleas, clases públicas o tomas entre otras.
A 100 años de la gloriosa Reforma Universitaria que nos ha legado participación de todos los claustros en los órganos de gobierno de la universidad, queda en manos de un Secretario designado a dedo por el Rector la interpretación de una normativa de la universidad y la suerte de los estudiantes. A 100 de la Reforma Universitaria que nos ha legado la autonomía universitaria, pretenden imponer un régimen disciplinario para que no denunciemos como la gestión de la universidad regala tal legado permitiendo la intervención de organismos externos en las evaluaciones y reformas de nuestros planes de estudios y se baja los pantalones ante el gobierno de Cambiemos y su avasallamiento neoliberal sobre la Educación Pública (tal vez el rector Lapolla aprendió de su gestión anterior cuando permitió la adecuación de la UNLu a la Ley de Educación Superior que los estudiantes no nos callamos y más allá de no tener grandes sueldos como él y sus lacayos defendemos nuestra universidad pública y no quiere repetir el error).
A 100 años de la Reforma Universitaria llamamos a los estudiantes y docentes a repudiar este intento de disciplinar las voces disidentes y a levantar al movimiento estudiantil, poniéndolo en lo más alto de la lucha en defensa de la educación y la universidad pública, al servicio del pueblo y la clase trabajadora.


No al reaccionario Régimen Disciplinario

Por la Unidad del claustro estudiantil contra esta  envestida reaccionaria.

Por una UNLu, Pública, Gratuita, Laica y de Calidad.


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