Hace 36 años más específicamente un 30 de
julio de 1984 se reabre y se recuperaba la Universidad Nacional de Lujan. Breve
crónica de aquel itinerario
“…hay una diferencia bien conocida entre el ignorante y el tonto, y cualquiera lo sabe menos el tonto, por suerte para él. Creía que el estudio, ese famoso estudio le daría inteligencia. Confundía saber con entender. La pobre entendía tan bien muchas cosas que ignorábamos a fuerza de saberlas…” Julio Cortázar, Rayuela (Capitulo 142)
El 20 de febrero de 1980 el presidente de
facto Jorge Rafael Videla firmaba la ley de disolución de la UNLu, con la
conformidad de la comisión de asesoramiento legislativo “…“El Presidente de la Nación, Jorge Rafael Videla firmó la ley de
disolución de la UNLu, horas después que la Comisión de Asesoramiento
Legislativo dio su conformidad al proyecto respectivo, cuya presentación desató
una de las más encendidas polémicas en el área educativa, en los casi cuatro
años de gobierno militar…”
En
1980 se crea la comisión pro reapertura de la UNLu y logran en 1983 que todas
las fuerzas políticas que se disputaban las elecciones para el retorno de la
democracia, pongan en sus plataformas de futuro gobierno la moción de reabrir
la Universidad. En aquella época de transición, ya se comenzaba a plantear un
proceso “de reparación” de las injusticias decretadas por el “gobierno de facto”.
La UNLu fue reabierta por una de las primeras
leyes (ley N° 23.044) dictadas en el período democrático de la presidencia de
Raúl Alfonsín, en febrero de 1984. El
retorno de la democracia a principios de los `80 encontró a las universidades
estatales –como a muchas otras áreas de la administración pública-
desmanteladas.
La lucha por conseguir su reapertura tampoco
fue ajeno a las tensiones entre los sectores de la sede de Lujan, unos que
objetaban a los representantes de los centros regionales y otros que buscaban
la coordinación con estos.
El procedimiento de la reapertura tuvo un
recorrido parlamentario. Primero ingreso
como tratamiento en la Cámara de
Diputados de la Nación en el mes de enero, que tuvo una votación unánime para
su reapertura- los únicos que se abstuvieron fueron los dos representantes de
la UCEDE- en el Senado tuvo la misma entonación favorable.
El 30 de julio de 1984 Alfonsín se hace
presente en la UNLu, señalando en su discurso de reapertura:“…amigos las dictaduras nos llevan siempre al
abismo, porque cuando se equivoca alguien falta la libertad, para que a través
de la crítica que pueda formular la corrección necesaria. Muchas veces nos
vamos a equivocar, muchas veces nos vamos a rectificar, muchas veces los
equivocados serán lo que critican, pero no importa, porque a través de este
dialogo, fundamental en la Argentina,
vamos a ser la Argentina, que nos merecemos, la Argentina que soñaron los
hombres que nos dieron la nacionalidad…”
El rector normalizador de la transición
democrática nombrado por el presidente Alfonsín fue Enrique Fliess, que había
formado parte de la lucha contra el cierre, pertenecía además al grupo de asesores
educativos de Alfonsín, lo que le permitió contar con el apoyo del gobierno
nacional durante su breve paso por el rectorado de la Universidad. El
ministerio de Educación nombro a los Directores Decanos de los diferentes
departamentos.
La reapertura respeto el diseño que le había
impregnado durante su gestión Emilio
Mignone, con las modificaciones institucionales
al proyecto originario, reabriéndose por entonces a los tres centros regionales y su delegación
que contenía antes de su cierre la Universidad.
Asimismo lleva a cabo la normalización
institucional, su autarquía y su sistema de autogobierno, la organización del
consejo superior con los representantes
de los departamentos y los estudiantiles. El estatuto, fue el mismo que había
tomado Mignone de la Universidad del Sur con su correspondiente funcionamiento
institucional en departamentos; también se reinicia la organización de los
trabajadores no docentes de la Universidad.
Con la reapertura de la Universidad, se planteó
una novedad institucional, se promovió la apertura de carreras relacionadas con
las Ciencias sociales ausentes hasta entonces en la oferta académica de la casa
de altos estudios. Para ello se pasó al procedimiento institucional, convocando
a los concursos para la planta docente y vuelve a la idea madre de Universidad
inserta en la región, como también en
diferenciarse de las universidades tradicionales, con similar oferta académica,
innovando con planes curriculares no tradicionales: Profesorado y licenciatura
de Historia, Profesorado y Licenciatura en Geografía, Licenciatura en
Administración, Maestría en Demografía Social.
El rector normalizador años después balancea
su gestión y señala cuales fueron las dificultades a enfrentar “…fue necesaria encarar la reapertura de los centros
regionales de General Sarmiento, Chivilcoy y Campana sin contar con recursos
presupuestarios, lo que se logró gracias a la cooperación de los respectivos
municipios. Pero quizá la herencia más difícil de resolver que dejo el cierre,
fue lo que podría llamarse un conflicto de mentalidades…”[1].
Hoy a 36 años de la reapertura, seguimos
defendiendo la Universidad pública, gratuita y laica.
NUEVA OPCIÓN LISTA-117
[1] Mignone
Emilio Universidad Nacional de Lujan. Reseña de Enrique Fliess, La
normalización de la universidad de lujan, pág. 174
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