“Instrúyanse porque necesitaremos toda nuestra inteligencia.
Conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo.
Organícense, porque necesitaremos toda nuestra fuerza.”


Antonio Gramsci

martes, 4 de agosto de 2020

A 36 años de la repaertura de la UNLu



Hace 36 años más específicamente un 30 de julio de 1984 se reabre y se recuperaba la Universidad Nacional de Lujan. Breve crónica de aquel itinerario
“…hay una diferencia bien conocida entre el ignorante y el tonto, y cualquiera lo sabe menos el tonto, por suerte para él. Creía que el estudio, ese famoso estudio le daría inteligencia. Confundía saber con entender. La pobre entendía tan bien muchas cosas que ignorábamos a fuerza de saberlas…”  Julio Cortázar,  Rayuela (Capitulo 142)
Como organización política estudiantil, consideramos que los aniversarios, deben ser un punto de partida para la comprensión del pasado reciente, que no duerme en los cajones de los archivos del pasado, sino que por el contrario, siguen teniendo sus huellas en el presente.

El 20 de febrero de 1980 el presidente de facto Jorge Rafael Videla firmaba la ley de disolución de la UNLu, con la conformidad de la comisión de asesoramiento legislativo “…“El Presidente de la Nación, Jorge Rafael Videla firmó la ley de disolución de la UNLu, horas después que la Comisión de Asesoramiento Legislativo dio su conformidad al proyecto respectivo, cuya presentación desató una de las más encendidas polémicas en el área educativa, en los casi cuatro años de gobierno militar…”

En 1980 se crea la comisión pro reapertura de la UNLu y logran en 1983 que todas las fuerzas políticas que se disputaban las elecciones para el retorno de la democracia, pongan en sus plataformas de futuro gobierno la moción de reabrir la Universidad. En aquella época de transición, ya se comenzaba a plantear un proceso “de reparación” de las injusticias decretadas por el  gobierno de facto”.

La UNLu fue reabierta por una de las primeras leyes (ley N° 23.044) dictadas en el período democrático de la presidencia de Raúl Alfonsín, en febrero de 1984. El retorno de la democracia a principios de los `80 encontró a las universidades estatales –como a muchas otras áreas de la administración pública- desmanteladas.

La lucha por conseguir su reapertura tampoco fue ajeno a las tensiones entre los sectores de la sede de Lujan, unos que objetaban a los representantes de los centros regionales y otros que buscaban la coordinación con estos.

El procedimiento de la reapertura tuvo un recorrido parlamentario. Primero ingreso  como  tratamiento en la Cámara de Diputados de la Nación en el mes de enero, que tuvo una votación unánime para su reapertura- los únicos que se abstuvieron fueron los dos representantes de la UCEDE- en el Senado tuvo la misma entonación favorable.

El 30 de julio de 1984 Alfonsín se hace presente en la UNLu, señalando en su discurso de reapertura:“…amigos las dictaduras nos llevan siempre al abismo, porque cuando se equivoca alguien falta la libertad, para que a través de la crítica que pueda formular la corrección necesaria. Muchas veces nos vamos a equivocar, muchas veces nos vamos a rectificar, muchas veces los equivocados serán lo que critican, pero no importa, porque a través de este dialogo, fundamental en  la Argentina, vamos a ser la Argentina, que nos merecemos, la Argentina que soñaron los hombres que nos dieron la nacionalidad…”

El rector normalizador de la transición democrática nombrado por el presidente Alfonsín fue Enrique Fliess, que había formado parte de la lucha contra el cierre, pertenecía además al grupo de asesores educativos de Alfonsín, lo que le permitió contar con el apoyo del gobierno nacional durante su breve paso por el rectorado de la Universidad. El ministerio de Educación nombro a los Directores Decanos de los diferentes departamentos.

La reapertura respeto el diseño que le había impregnado durante su gestión  Emilio Mignone, con las modificaciones institucionales  al proyecto originario, reabriéndose por entonces  a los tres centros regionales y su delegación que contenía antes de su cierre la Universidad.

Asimismo lleva a cabo la normalización institucional, su autarquía y su sistema de autogobierno, la organización del consejo superior con  los representantes de los departamentos y los estudiantiles. El estatuto, fue el mismo que había tomado Mignone de la Universidad del Sur con su correspondiente funcionamiento institucional en departamentos; también se reinicia la organización de los trabajadores no docentes de la Universidad.

Con la reapertura de la Universidad, se planteó una novedad institucional, se promovió la apertura de carreras relacionadas con las Ciencias sociales ausentes hasta entonces en la oferta académica de la casa de altos estudios. Para ello se pasó al procedimiento institucional, convocando a los concursos para la planta docente y vuelve a la idea madre de Universidad inserta en la región,  como también en diferenciarse de las universidades tradicionales, con similar oferta académica, innovando con planes curriculares no tradicionales: Profesorado y licenciatura de Historia, Profesorado y Licenciatura en Geografía, Licenciatura en Administración, Maestría en Demografía Social.

El rector normalizador años después balancea su gestión y señala cuales fueron las dificultades a enfrentar “…fue necesaria encarar la reapertura de los centros regionales de General Sarmiento, Chivilcoy y Campana sin contar con recursos presupuestarios, lo que se logró gracias a la cooperación de los respectivos municipios. Pero quizá la herencia más difícil de resolver que dejo el cierre, fue lo que podría llamarse un conflicto de mentalidades…”[1].

Hoy a 36 años de la reapertura, seguimos defendiendo la Universidad pública, gratuita y laica.
NUEVA OPCIÓN LISTA-117


[1]    Mignone Emilio Universidad Nacional de Lujan. Reseña de Enrique Fliess, La normalización de la universidad de lujan, pág. 174

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